Siempre me he resistido a los cambios, por ejemplo: el día que sacaron las tarjetas, me negaba a usarlas, quería que permanecieran los boletos, -esos boletitos que por dos pesos te llevan casi a cualquier lugar-. Desafortunadamente por fines prácticos terminé uniéndome a esas horrendas tarjetas plásticas, aunque siempre cargo un boleto en mi monedero por si las dudas.
Amo el metro, amo los bisquets que venden a la salida, poder encontrar ese delicioso refresco de vainilla en las tiendas naturistas, amo el sonido del metro (los vendedores de discos, los artistas emergentes jaja, las conversaciones ajenas, etc) amo ver pasar a personas...
...pero he de admitir que a veces también lo detesto, por ejemplo cuando está hasta la madre y ni siquiera te puedes meter, cuando hay 2 o 3 vendedores en el mismo vagón y el ruido se vuelve insoportable, cuando se para y traes el tiempo contado y especialmente cuando me agreden. Cuando los varones (nunca me ha pasado con una chica, que también es una posibilidad) piensan que me muero porque me digan cuán sabrosa estoy o cuando los hombres creen que deseo saber qué quieren hacerme en la cama o, en el peor de los casos, cuando viene a su mente la estúpida idea de que me ansió que malluguen mis nalgas.
A mí siempre me ha gustado el tocar a las personas, ¡no sé! el contacto físico es algo que disfruto, pero cuando es proveniente de un extraño sin mi autorización y ante todo es una agresión, entonces, ¡me da berrinche y quiero matar al responsable! . Sé que este fenómeno social está dado por una serie de factores que determinan la cosmogonía de los mexicanos, sé todas las implicaciones sociales y culturales. Sé que en México como una nación tan misogina una nalgada es lo de menos, me parece aún más terrible justificar una agresión sexual con estos argumentos.
Creo que quien agreda debe de ser agredido, por ello invito a todas y todos los que sean agredidos en el metro a encontrar al responsable, gritarle, exhibirlo y golpearlo. Cuando el gobierno del DF sacó esto de las denuncias a los agresores en el metro me pareció bien, ¡lo aplaudí!, pero ahora se que es una mamada, no voy a ir hasta indios verdes a levantar una denuncia acompañada del desgraciado que me manoseo.
Creo que es algo que no cambiara en mucho tiempo, pero mientras tanto seguiré golpeando y gritandoles aquellos que se atrevan a tocar mi trasero. No es una advertencia, es una amenaza, Jajaja.
Me parece que esa Ley Antinalgadas es una atrocidad que ha destrozado la vida de miles de hombres decentes.
No voten por el PRD.
talvez seas de las pocas que hacen bronca cuando las manosean, pero hay muchas que aun se quedan calladas y se aguantan. prefieren eso a la pena de exponerse ante la mirada lasciva de los demas.
yo por eso sigo saboreando cada viaje sobre todo cuando me tocan colegialas jajaja q ricas nalgas duras tienen las chiquillas, pegarles el miembro y ver las caras que hacen, y cuando vienen sentadas ponerselo casi en la cara. jajaja si soy culero y que¡¡ me encanta tortearlas en la calle como ves hasta las chichis se las agarro. estoy buscando la oportunidad para cogerme una a la fuerza. dicen que cuando se ponen duras aprietan mas rico¡ ese va hacer mi trofeo