En tu lugar desconfiaría del caballero Bretón
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editorial Revista Apolorama
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miércoles, diciembre 16, 2009
Por Jonas Fierro
En tu lugar desconfiaría del caballero BretónConfiar en una persona (sea artista, plomero o político) que tiene dos fechas de nacimiento en su haber, suena extraño. Una por nacimiento y fe de bautizo fechada el 19 de febrero de 1896 en Tinchebray Francia y la otra a causa de una pasión celestial (mejor dicho por el placer de la astrología) con fecha del 18 de febrero del mismo año, suena lunático, fuera de este mundo: Surrealista.
No es que desconfié de la gente de bajos recursos (cómo desconfiar de mi gente). Seres humanos que luchan día a día para buscar el ideal. Bretón lo sabía, porque a estos seres pertenecía. Por presiones familiares y por necesidad económica, realiza estudios de medicina. Por no dejar de comer todos los días, labora en hospitales psiquiátricos, en donde descubre lo que tiempo más adelante le ayudaría a sacudir el arte: Las obras de los psicoanalistas Freud y Charcot.
“Y ahora llegamos a la psicología, tema sobre el que no tendré el menor empacho en bromear un poco.” Manifiesto surrealista
No voy a poner mi sello de garantía en una persona, que busca amalgamar la poesía y el psicoanálisis, pensaría cualquier mente cuerda y fuera de toda influencia “Dada” o “Surrealista”. La lucha entre la medicina y la poesía fue constante en los años juveniles dentro de la cabeza de un André Bretón, atormentado por la presión para ser médico de su “modesta” familia, pero maravillado ante los nuevos descubrimientos del psicoanálisis y del orden poético el cual llamó: “antiguo juego de versos”.
“Se me acusará de incurrir en mentiras poéticas: todos dirán que vivo en la calle de Fontaine, y que jamás gozaran de tanta belleza: ¡Maldita sea! ¿Es absolutamente seguro que este castillo del que acabo de hacer los hombres se reduce simplemente a una imagen?” Manifiesto surrealista
¡Confianza! En versos de escritura libre de todo control y razón y de preocupaciones estéticas o morales, versos con base en la “Escritura automática”… Pene, pené, pene pené (para reír de este remedo de chiste ver la película: 500 days with Summer, aun en cartelera) sin razón, imaginación Bretón, su sazón, sabor sin dolor no hay corazón surrealista no hay biografía, no hay copia del autor de sus versos en Wikipedia… ¿Será que confiar en versos como estos nos acercan al verdadero André Bretón?
Al estallar la primera guerra mundial en 1914¸Bretón desconfiaba del entusiasmo bélico francés, pero de todos modos tuvo que prestar servicios en el Departamento de salud. Mucha desconfianza en un solo texto. Esta desconfianza lo lleva publicar en 1919 una serie de poemas a los que titula: Monte de piedad, así como a fundar la revista Littérature con dos de sus allegados de años: Louis Aragon y Phillippe Soupault.
En 1920 con o sin la confianza de sus seguidores y amigos publica su primera obra Los campos magnéticos, en la que su búsqueda por las posibilidades de la “Escritura automática” (ya mencionada en párrafos anteriores) es parte fundamental del texto.
En 1924 escribe el Manifiesto surrealista, acompañado de un nutrido grupo de compañeros idealistas y amigos, como: Paul Eluard, René Crevel, Michel Leiris. Robert Desnos, Benjamin Péret.
Dude quién lo dude este movimiento llamado Surrealismo deseaba: Cambiar la vida del joven maldito Rimbaud así como transformar el mundo del filósofo Karl Marx. No suena confiable, no suena posible, más que nada suena surrealista.
“Las formas del lenguaje surrealista se adaptan todavía mejor al dialogo. En el dialogo, no hay dos pensamientos frente a frente: mientras uno se manifiesta, el otro se ocupa del que se manifiesta, pero ¿de qué modo se ocupa de él?” Manifiesto surrealista
Como si fuera poca la confusión que creó el Dadadísmo, como carajos confiar en una nueva corriente llamada Surrealismo que cito textual: “Tiende a destruir definitivamente todos los restantes mecanismo psíquicos y a sustituirlos en la resolución de los principales problemas de la vida” No confió, no entiendo, como confiar en un señor Bretón el cual se autoproclama líder del movimiento, impone reglas tan absurdas como beber bebidas de color verde, escribir novelas (absurdo en estos días donde el “blog” es el género rey) e inclinarse a practicas sexuales no aprobadas por el capitán de la desconfianza André Bretón, que para colmo de la desconfianza salió “rojillo”.
Y esta actitud de animal político hace que en 1927, Bretón se una al partido comunista, dejando atrás la ideología apolítica del movimiento surrealista y con lo que se ganó el odio (amor) de muchos de sus compañeros entre ellos Salvador Dalí.
Pasemos a la definición “confusa” y desconfiada de eso que llamamos Surrealismo:
En resumidas cuentas para este texto y para aquellos que no entendieron al facineroso de Bretón en su surrealismo, entendemos que: No es más que la expresión del inconsciente del ser, buscando nuevos mitos y creando un arte contestatario en otras palabras dichas por el mismo André Bretón:
“Vivir y dejar de vivir son las soluciones imaginarias, la existencia está en otra parte” (Lo sé más confuso no pudo haber sido)
André Bretón el señor de la desconfianza muere la mañana del 28 de septiembre de 1966 en Paris, algunas palabras antes de morir: “Hoy nadie se escandaliza, la sociedad ha encontrado maneras de anular el potencial provocador de una obra de arte, adoptando ante ellas una actitud de placer consumista”.
Al leer una obra como Nadja me retracto en dudar y de seguir sosteniendo un título como: En tu lugar desconfiaría del caballero Bretón.
“Nadja es tan maravillosamente libre de cualquier tipo de apariencia. Que ella desaprecia a ambas la razón y la ley”
En su lugar y para dar fin a este remedo de ensayo diré: En tu lugar me entregaría a la genialidad del caballero: André Bretón.
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