“Pues si bien la teoría permite comprender las leyes de la historia,
no son los intelectuales, incluso si son teorizantes,
sino las masas las que hacen la historia.”
Louis Althusser
¿Cómo te llamas? Verónica Schotzge y estudio en el Departamento de Geografía y Cartografía de la Universidad de Chile, en su sede oriente. Tengo 22 años. Me capturaron el 23 de septiembre de 1973 cerca del Regimiento de Coraceros de Viña del Mar. Rostro apolítico, cabello revolucionario y cuerpo filosófico, Verónica mantuvo los ojos cerrados durante toda la entrevista. Roberto, su hermano, obtuvo mi acceso en relación de familiar para tomar cuenta de lo sucedido con Verónica y su calidad de “prisionera de guerra”. Como periodista me vi obligado a preguntar los procedimientos de interrogación a los que fue sometida. Violación, electricidad en área genital, ano y encías, quemaduras con cigarro, inmersión en petróleo, ingestión de excremento, flagelación, extracción de uñas. Pihuelo. Depresión permanente. Las cicatrices de su espalda, piernas y brazos aparecen en mis sueños después de 27 años. Señor periodista, qué impertinente. Reaccionaria. La señora de blanco me mira con sus inútiles ojos compasivos y misericordiosos. ¿Por qué Chile? Enviado por El Mundo presencié el seso de la deshumanización, el odio infundado por una ideología y las esperanzas de millones de personas que murieron un martes 11 de septiembre entre confusión, amargura y decepción. Hora de las pastillas, no sea rebelde. Sí señora. La que se puso rebelde fue la camisa de fuerza. Observo Tlalpan desde la ventana. “Hospital Psiquiátrico San Rafael” se lee en las sábanas. Me permití hacer una última pregunta en la morgue improvisada. ¿Cómo te sientes? Ni su cadáver ni el pequeño papel blanco amarrado al dedo gordo de su pie derecho me contestaron esa pregunta.
no tienes idea de lo mucho q me agradó este escrito, fue bueno leerlo mientras no tenía algo importante por hacer. Me gusta como escribes, me parece que es la primera vez que te leo y fue algo agradable. gracias
Carlos bienvenido a la revista!, muy buena aportación!
No tengo la menor idea del porqué tu cuento no ganó el concurso en la escuela. Y ni siquiera figuró entre los primeros 3 lugares...que pena.
Sin embargo quiero decirte que aprecio lo que aportas, y aunque muchos no están enterados de lo que haces y lo que comunicas (¿para qué?, eso realmente no importa), considero que tu palabra es valiosa y en lo personal, me enseña mucho.
naaa... estaban mejor los cuentos que ganaron.