Por Aldonza Romero

Ya es bien sabido que nuestro vecino del Norte, Estados Unidos, tiende a ser expansionista, gracias a su Destino Manifiesto y porsupuesto la Doctrina Monroe, bueno pues basándose en éstos dos principios que son como la biblia para ellos decidieron en 1946 declararle la guerra a México, para ellos era viable anexarse todo el país, sobre todo para los Estados del sur, a quienes también les convenía alargar las vias del ferrocarril, con la declaratoria de guerra México tenía que responder sin embargo el país vivía un caos total, subian y bajaban presidentes del poder, no había dinero, ni municiones, ni uniformes, ni ejército, por lo que tuvimos que responder más obligados, que querer participar.

A principios de 1847 los estadounidenses atacaron por los Estados del norte de la República, quienes con lo que pudieron salieron a la defensa, - Monterrey celebraba sus 250 años de fundación, cuando en plena fiesta atacaron los gringos- la mayoría de todos ellos peleaban con sólo media ración de mezcal y con armas en muy mal estado, el General Wnfield Scott, quien comandaba al ejército estadounidense se dio cuenta que por el norte era muy difícil llegar, por lo que decidió seguir la ruta de Cortés, así en Marzo desembarcaron las tropas norteamericanas en el puerto de Veracruz, después siguieron por Puebla donde no encontraron resistencia alguna, por lo que pudieron llegar fácilmente a la capital del país.

El Castillo de Chapultepec en aquellos años era el Colegio Militar, cuando comenzó la guerra había muchos estudiantes, a los de grados más avanzados, el presidente Santa Anna dió la orden de que se les incorporara a los diferentes ejércitos para defender la patria, a los de menor grado les ordenó que desalojaran el Colegio, de todos los alumnos 50 decidieron quedarse y luchar por la patria, aquí hay una anecdota que me gustaría relatar, el Director del Colegio de nombre Mariano Monterde formó a los 50 que aceptaron quedarse y les dijo con voz enérgica: -¡Dé un paso al frente aquel que quiera retirarse!-, se hizo un silencio sepulcral, el General volvió a gritar: -¡un paso al frente quien quiera retirarse!-, no obtuvo respuesta, al ver esto les dijo, pues muy bien muchachos los felicito, son ustedes unos verdaderos patriotas.

Cercano al Castillo había un punto más de importancia militarmente hablando, Molino del Rey que era donde se guardaban algunas armas y otros artefactos de guerra, fue uno de los primeros puntos que atacaron los norteamericanos, dejándonos así desarmados; de ahí un punto más lejano pero no menos importante estaba el Antiguo convento, hoy museo de las Intervenciones, donde el General Anaya se batía contra las tropas gringas, aquí participó el Batallón de San Patricio, soldados irlandeses que querían conseguir la nacionalidad estadounidense, pero al darse cuenta de lo injusto de esta guerra desertaron y se pasaron al lado mexicano, como es de suponerse aquí también fuimos vencidos. Despues de vencer en estos dos puntos se dirigieron hacia el Castillo, el General Monterde, llamó desesperado a Santa Anna para pedir ayuda pero este dijo no contar con los soldados necesarios para contrarestar el ataque.

La estrategia a seguir de Scott fue bombardear durante 24 horas el Castillo para así desmoralizar al enemigo y destruir sus fortificaciones, hecho que logra, los muchachos estaban sentados con el fusil entre las piernas, esperando el ataque, cada bala del enemigo correspondía a un lugar vacío y un ¡ay! de dolor. A la mañana siguiente por fin e inesperadamente llegó el Batallon de San Blas al mando del Coronel Santiago Xicotencatl, el batallón y los cadetes conformaron 800 soldados para defender el recinto, contra 6,000 gringos, el Batallón de San Blas fue acribillado a las faldas del cerro, el coronel Santiago fue muerto y envuelto en la bandera de su batallón. La bandera nunca fue encontrada por los estadounidenses porque estaba cubierta con la sangre del Coronel, por eso nunca la encontraron, hoy en día esta bandera se encuentra en el Castillo en la sala de Los Niños Héroes, la embajada norteamericana ha hecho peticiones para que se las demos, México ha dado siempre una respuesta negativa, ¿qué significa esa bandera? si bien ganaron la batalla y se quedaron con más de la mitad del territorio mexicano, la bandera representa el dominio, si ganaron, pero en un sentido patriótico no pudieron dominar a este batallón, no pudieron humillarlos ni deshonrarlos. La victoria fue para nuestros vecinos, el 15 de septiembre se izó la bandera norteamericana en Palacio Nacional, a Santa Anna no le quedó más que firmar el tratado de Guadalupe donde sedía territorio mexicano, el saldo un país más devastado, y perdidas humanas inimaginables.

Como ya les había mencionado eran 50 los que se quedaron, sin embargo la historia sólo recuerda a 6, como a mí me gusta la historia justa no mencionare sus nombres, porque no sólo fueron ellos quienes murieron de una forma patriotica. ¿Por qué niños heroes? El Presidente Benito Juárez fue el primero en decretar el 13 de septiembre como fecha oficial de conmemoración, hasta hoy se les pasa lista en el coloegio, y fue uno de sus directores dando un discurso donde los nombró niños por sus edades, que iban desde los 13 a los 24 años. En el Castillo hay varios monumentos, el más importante son las columnas que se edificaron para recordar los 100 años de esta batalla, hay un recuadro en el centro donde se encuentran los restos de los 6 cadetes que la historia recuerda.

Juan Escutia fue el cadete que según el mito, tomó la bandera, se envolvió en ella, corrió y se aventó al vacío, para que el enemigo no se apoderara de ella; sin embargo lo que ocurrió, fue que el estaba en el caballero alto ( lugar donde se vigila) vió que la bandera aún no era tomada por los gringos, corrió, la bajó del asta, cuando un gringo por debajo le disparó en el corazón, este cayó enrollandose en la bandera hasta el vacío.

Si bien nuestra historia está rodeada de mitos, es la historia de nuestro país y nos ayuda a entender el presente y a reflexionar sobre que posición tomaríamos en caso de una nueva invasión, tal vez descubriremos, que está tan mal nuestra nación que tal vez algunos pelearían del otro lado por obtener la nacionalidad, pero uno nunca sabe.

Recuerden que: ¡un pueblo sin historia, es un pueblo sin raíces!

*foto di Matteo