Por Carlos Sergio

Éste es un enfoque utilizado para hacer notar que los individuos en el poder son los que imponen los paradigmas. Así es, en 1810 Miguel Hidalgo se lanza a la guerra para defender los beneficios del statu quo que para los criollos y peninsulares eran de gran valía. Ellos vieron en peligro de perder todo lo que les otorgaba la corona española en forma tradicional, básicamente de la encomienda y el monopolio comercial. En pocas palabras, la independencia de España se buscaba no para ser libres sino para garantizar la explotación de los indígenas, y proseguir con los privilegios que habían gozado durante siglos. ¿Cuál padre de la patria?: padre de los criollos que explotarían a los indígenas indefinidamente. Entre las proclamas de Hidalgo están las siguientes: ¡Viva la Virgen de Guadalupe! ¡Abajo el mal gobierno! ¡Viva Fernando VII!

Hidalgo, además de buen cura, resulto un magnifico militar, con la ayuda de los criollos Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Abasolo, etc., lograron avanzar hasta las inmediaciones de la capital en el Cerro de las Cruces, por razones desconocidas para los anales históricos, Hidalgo da media vuelta y se va a Guadalajara. Pero, ¿qué fue lo que paso?, “alguien” de los interesados en promover este movimiento criollo, al ver que los privilegios habían vuelto a su cauce determinó que el movimiento ya no tenía razón de ser y le informaron a Hidalgo que ya no iba a tener el apoyo social necesario para la implantación del nuevo régimen.

Al retirarse deja que el ejército realista se agrupe y reorganice y de esta manera los enfrente en Aculco derrotándolos y casi dispersándolos. Hidalgo y sus colaboradores son vencidos, apresados y ejecutados.

La cosquilla de la independencia prende entre un grupo menos poderoso pero no por ello menos capaz: los mestizos: Morelos queda al frente de los insurgentes junto con López Rayón, este movimiento lleva más estructura independentista, pero en todos los casos se sigue con la pancarta de apoyo a Fernando VII para que recupere el trono.

La Declaración de Independencia la hace Morelos y el congreso de Chilpancingo el 6 de noviembre de 1813 y el 22 de octubre 1814 se juró la constitución de Apatzingan. Ahí es donde empieza realmente el concepto de independencia, antes era sólo un movimiento criollo de defensa de sus intereses, aquí si es un momento histórico real de independencia.

A la muerte de Morelos, el movimiento se convierte en una guerra de guerrillas donde los insurgentes luchaban como podían contra todo el poder económico y político del virreinato. Pero ni Morelos, ni Guerrero, ni Guadalupe Victoria, ni cualquiera de los otros caudillos lograron conjuntar una fuerza poderosa para hacer frente al ejército realista. Esto seguramente al no contar con el apoyo de los criollos que detentaban el poder económico.

En 1820 al restablecerse la Constitución liberal en España, se regresa a la necesidad de establecer un plan para la independencia de la Nueva España, entonces se encomendó a Iturbide que avanzara contra las tropas encabezadas por Vicente Guerrero y las combatiera, pero al mismo tiempo le piden que le haga saber que el nuevo plan es una buena opción. Después de sufrir un par de derrotas militares parciales, Iturbide logra convencer a Guerrero y llega a un acuerdo que culmina con el Plan de Iguala y la conformación del Ejercito de las Tres Garantías.

Aquí vemos nuevamente el enfoque meramente de beneficio de los intereses criollos, que se suma a la necesidad de finalizar una guerra que se había iniciado una década antes y que no había fecha para lograr su finalización. Pero al frente de todo esto está la traición de Iturbide al Virrey y por lo tanto a la Corona Española para conformar un ejército de criollos y mestizos y con toda la alevosía marchar hacia la capital y tomar el poder.

El momento fundamental en la conformación de México como nación está en la firma del Acta de Independencia el 27 de septiembre de 1821.

Aquí se ofrece la corona al del Imperio Mexicano al rey de España, quien está en una posición política difícil en la Península Ibérica, por lo que no le importa y no responde. De lo cual, se aprovecha Iturbide para asumir el gobierno como Agustín I, Emperador de México.

Pero la historia la escriben los vencedores y como el intento fallido de Iturbide lo coloca nuevamente como traidor, no es posible sostener su figura como pilar del movimiento independentista y sobre todo como vencedor de la Corona. Entonces, ¿quién es el pilar de la Independencia?. Como los otros caudillos tienen una mediocre participación no pueden resaltar su figura por encima de otros, lo que crearía un conflicto de autenticidad. Incluso dejan de lado la prominente figura de Morelos, base en el movimiento insurgente y los conceptos reales de independencia.

Entonces, ¿quién? La historia se escribe y se destaca la figura de Hidalgo por ser en primer antecedente de este movimiento armado.

Vaya, así pues, la historia se escribe y luego se divulga por los recién promovidos a gobernantes improvisados, emanados del propio movimiento.

Entonces, los privilegios se alargaron y los oprimidos quedaron ahí: oprimidos. Y la libertad, ¿cuál libertad?. Y así vamos ya dos siglos, sin igualdad para todos los ciudadanos de este país, y sobre todo sin la libertad tan pregonada.

Entonces el padre de la patria es quien lanza los pregones: