Érase una vez en la Francia ocupada por los Nazis… la fractura craneal está catalogada de tercer grado, los golpes presentados son de gran profundidad y áreas del cerebelo y cerebro están gravemente dañadas, los sesos se encuentran en peor estado, ni una bala en la cabeza sería capaz de provocar semejantes fisuras. Literalmente la cabeza del individuo está hecha puré de jitomate. Artefacto causante: un bat de beisbol.
Dicha descripción es un poco de lo que encontramos en la nueva película de Quentin Tarantino (Pulp Fiction, Kill Bill Vol. 1 y 2) Bastardos sin gloria, ambientada en una idílica Francia invadida, una familia judía ha sido asesinada a quemarropa por un grupo de la Gestapo. Sin embargo, hay una sobreviviente.
La voracidad de la venganza es el elemento principal de la historia, que aderezada con la barbarie desencadenan una reacción letal. Al más puro estilo de Tarantino, este filme retoma los recursos de la sorpresa y la trampa para atraparnos en un mundo salvaje. Suspenso tras suspenso y personas surrealistas, hacen que esta historia sea digna de ser proyectada en pantalla grande. Aquella sobreviviente llamada Shosanna Dreyfus funda un teatro en París, lugar que toma como cuartel para planear una dura rendición de cuentas, mientras tanto, el Coronel Hanz Landa sigue la pista de los Bastardos.
Con la música de Ennio Morricone, Bastardos sin gloria es una buena fórmula para mantenernos al filo de la emoción, cada escena está correctamente acompañada de una climática banda sonora. Cada uno tiene un plan en mente: Shosanna, Hanz y Aldo, pero… ¿qué sucede cuando éstos colapsan en un mismo punto? Para averiguarlo hay que ir a verla.
Título original: Inglourious Basterds
País: Estados Unidos, Alemania
Director: Quentin Tarantino
Elenco: Brad Pitt, Mélanie Laurent, Christoph Waltz, Eli Roth, Diane Kruger, Til Schweiger, Michael Fassbender y Daniel Brühl.
Año: 2009
Duración: 150 minutos.
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