Autores:
Diego Pérez
Mónica Resa León de la Vega
Coordinador y coautor:
Gerardo Sánchez (Gero)
Reportaje
Street Art: la irreverencia gráfica a la vista de todos pero observada por pocos.
10 de mayo del 2010
El arte urbano hoy día inunda las grandes urbes con material gráfico que expresa una ideología irreverente a la par de la hegemonía dominante. Desea, como toda manifestación humana, exponer un punto de vista que motive a los receptores a responder ante estímulos que brinden una lectura alternativa y diferente con relación al material gráfico y publicidad tradicional. En el presente reportaje, los autores recurren a la óptica de los estudios culturales para develar el sustento ideológico del arte urbano y cómo éste es producido por personas, que en muchas ocasiones, cuentan con estudios más allá de los universitarios.
Hace cuatro horas que el sol se ocultó; el sitio es la banqueta del cruce de alguna avenida de Santa Fe., no hace viento, no circula el aire de todos los vehículos que diariamente nos sofoca los pulmones, es el calor que está presente dibujando un oasis en el asfalto de la Ciudad de México. Mr. Fly prepara rápidamente el pegamento, una brocha salpicada basta para repartir equitativamente el líquido sobre el papel, los autos pasan de forma esporádica, algunos miran otros sólo piensan cómo continuar en aquel trabajo que les permite llevar a casa el pan de cada día. Hace tiempo que la hora pico cesó; las calles recuperan el eco de las personas que continúan el camino a su hogar.
Con dos dedos firmes sobre el cartel, Mr. Fly se alista para pegar su material gráfico y más aún su ideología; voltea hacia los dos lados del eje, las luces difusas de un vehículo se divisan a lo lejos, se levanta y recurre a pegar su obra sobre el muro que se levanta; la aplana, la extiende e intenta eliminar las burbujas de aire en que ella puedan quedar. Por los minutos siguientes hace el mismo trabajo. En su imagen se lee y se ve “El Mago loco”, un hombre obeso, de rostro gris con facciones gruesas, un tanto calvo, de saco rojo y corbata naranja, con espirales emitidas por los ojos; ilustración que alude al artista contemporáneo Melquiades Herrera.
Al día siguiente los autos transitan, los peatones cruzan y los policías caminan como si nada, parece que esos carteles han estado ahí desde siempre, es como si las vallas no presentaran nada nuevo; hay que combatir al síndrome de la hoja blanca y dejar plasmado un ente creativo . Mr. Fly y “El Mago Loco” ahora forman parte de un movimiento llamado Street Art, traducido al español como arte urbano; cultura no vista ni conocida por muchos.
Como artista con su obra, ambos representan un movimiento que se gestó hace ya varias décadas en lugares poco elegantes alrededor del mundo, es decir, las calles, ésas planchas de concreto que comunican diversos sitios citadinos. Movimiento de expresión ilimitada que tiene sus orígenes desde las pinturas rupestres, pasando por los antiguos romanos, así como por los súbditos de Hernán Cortés, llegando al Siglo XX y XXI como una manera de protesta contra la publicidad y las ideologías convencionales.
El esténcil y el sticker no se exhiben ni se promocionan, situación que provoca que sean poco valorados y apreciados, siendo su colocación considerada como un acto subversivo. Muchos graffiteros argumentan que contrario a lo que se puede pensar, no son vándalos, simplemente se expresan como cualquier persona con ánimos de comunicar sus pensamientos. Ahora con el gran auge del internet, muestran su trabajo a potencialmente millones de personas alrededor del planeta.
Esténcils y Stickers: la incomprendida manifestación gráfica en las calles
La Ciudad de México junto con la zona metropolitana albergan 27 millones 898 mil habitantes aproximadamente; la infraestructura de transporte público cuenta con 11 líneas de metro y 175 estaciones; mientras que se tienen 88 rutas para microbuses y 11 conexiones para tren ligero…es precisamente en este mundo donde nace una cultura fantasma proveniente de los Estados Unidos y la cual usa como vehículo de difusión las señales de tránsito, paradas de metro, postes de luz, azoteas, muros y cualquier lugar público que merezca un nuevo código de lectura. Se habla de un arte que a pesar de estar presente en todos lados, muy pocos lo observan; visto por muchos como publicidad subversiva.
Son las dos de la tarde, es la entrada a la estación del subterráneo Coyuya, la gente entra y sale, los pasos grandes o pequeños no son tan agigantados para voltear a ver el poste de luz que se encuentra en la puerta de las escaleras; lugar donde hay una estampa de fondo rojo, la figura es una mosca. Se camina un poco más y en el cruce de la avenida hay una señal amarilla de peatón, misma que cuenta con varios stickers con la imagen de un ojo; los paseantes atraviesan, platican con su acompañante, bostezan, hablan por celular, pero nadie percibe que ese lugar está tapizado de expresión.
¿Será que 27 millones de personas no perciben su entorno? ¿O es la mosca estampada un animal tan desagradable e insalubre que los ojos no son dignos de ver? ni siquiera en dibujos… el Street Art forma parte de una cultura diferente, de una otredad que no se vende ni se publica en espectaculares ostentosos. Se habla de una cultura que difiere notablemente de la dominante, y es que la mosca o el ojo pegados en un semáforo no se entienden por sí solos; nadie los entiende, nadie los observa. Citamos el análisis simbólico que Omar Cerrillo, estudioso sobre temas de arte y cultura, realiza sobre la mosca de Mr. Fly: - parece que se trata de tomar la mosca como el ente molesto, contaminante y poner dicho icono en el contexto urbano; el arte que molesta y que ensucia la imagen urbana tradicional -.
El libro de Estudios Culturales para Todos dice que “Cuando se examinan las relaciones sociales y de poder se entienden las fuerzas históricas que dan forma al texto”(Sardar, 1998), para explicar mejor esto, se pone un ejemplo: la bandera de Estados Unidos es reconocida por las barras rojas que simbolizan las 13 colonias independientes, las 50 estrellas representan los estados soberanos y el lábaro en sí es el signo de un país poderoso en todos los ámbitos: económico, político, militar, social, cultural…ahora bien, ¿qué sucede cuando en lugar de astros se colocan moscas?, la lectura de la imagen será totalmente diferente.
El problema es ese: lo que no se está acostumbrado a ver, ni a hacer, parece indistinto e incluso inaceptable. Este arte, la propuesta gráfica callejera que emplea aerosoles, pegamento, estampas y dibujos poco comunes plasmados en bardas, pasa sin pena ni gloria para los habitantes de esta ciudad; y es que se desconoce lo que dichas creaciones quieren comunicar.
“La representación más común del Otro es la que se presenta como el lado más oscuro, lo diametralmente opuesto a uno mismo: nosotros somos civilizados, ellos son bárbaros.” (Sardar, p. 13), es quizás esta la manera en que se concibe al arte urbano de las avenidas y senderos; otras personas, otras manifestaciones, eso lo que el paseante del centro histórico ve y lo deja de lado; sin embargo, pero más allá de esa ignorancia, existen investigaciones que se enfocan plenamente en este tipo de expresiones, son los estudios culturales los que ampliamente analizan las subculturas y la comunicación.
Mayoritariamente, esta clase de manifestaciones responden a una represión en particular y como dirían los teóricos fundadores de estos estudios, Stuart Hall y John Clarke en Resistance through Rituals: el arte urbano y/o los hacedores de street art representan una revelación en contra de la Cultura Parental, es decir, la educación, valores y estilo de vida con la que los padres de estos jóvenes recibieron, cultura que otro teórico italiano redefiniría como Hegemonía, pues Gramsci dice que es “la capacidad que tiene un grupo social de ejercer la dirección intelectual y moral sobre la sociedad”.
Esta publicidad subversiva es producto de una resistencia a la Cultura Parental y a la Hegemonía proyectada por la sociedad habitual; es por esto que se analiza la bandera de EU con moscas dibujadas; pues es una manera de informar la inconformidad que se tiene con la publicidad del deber ser, aquella en la que la M amarilla indica que debes comer Mc Donald’s, o en la que el futbolista del momento te dicta qué desodorante usar.
La bandera con moscas es una respuesta a ese país que impone sus tradiciones y costumbres, incluyendo dentro de esto sus propios estereotipos; y es que el terreno de los medios de comunicación se ha capitalizado excesivamente. “Las subculturas se levantan como intentos por resolver ciertos problemas en las estructuras sociales, mismos que son creados por las contradicciones surgidas en la gran masa” (Hall y Clark, 1976), proponer y provocar son los objetivos de los trabajos hechos por personas como Mr. Fly: ver las cosas desde un ángulo diferente, una percepción que trata de innovar en un campo que está manejado por grandes capitales y pocas mentes creativas.
Una mirada analítica desde los Estudios Culturales
Acerca del estudio que se hace a estas nacientes manifestaciones, la Maestra en Estudios de los Medios de Comunicación, por la Universidad de Sussex, Reino Unido y Maestra en Antropología por la Universidad Autónoma Metropolitana, Gladys Ortiz, comenta:
-¿Consideras que los medios impresos conocidos como contrapublicidad (llamados también como calcas, esténcils, etc. en el argot cotidiano), forman parte de una subcultura?
-Si entendemos a la ‘subcultura’ como a un grupo de personas que tienen una ideología, una forma de comportamiento y un estilo en común, diferente a lo que dicta la ‘cultura dominante’ en un momento histórico específico, dentro del modelo que proponen los teóricos de Birmingham basados en la noción de ‘hegemonía’ de Gramsci, sí, podría calificarse como ‘subcultura’. Como diría uno de estos teóricos de los llamados Estudios Culturales, Dick Hebdige, “Las subculturas representan el ‘ruido’, en contraposición al sonido.”
-¿Realmente tienen un manifiesto ideológico dichas expresiones?
-Creo que con el hecho de subvertir el significado de una barda o un semáforo ya existe toda una propuesta ideológica; quizás ésta no esté clara a primera vista para la mayoría de las personas. Considero que en las sociedades actuales las estructuras tales como las instituciones o el modelo económico de producción parecen tan impenetrables e inamovibles que la única solución parecería la lucha a través de lo simbólico, pero lo simbólico es más sutil, no tiene un impacto inmediato, sino a largo plazo…
Ruido ambiental
Sin embargo, los stickers siguen pegados en la pared y la gente sigue caminando cada día como siempre, aunque se percaten de que existe una estampa curiosa pegada en la pared, es difícil saber si la persona meditó sobre lo que miró lo suficiente para entender el mensaje… y es aquí donde inicia el debate: ¿el Street Art contamina visualmente a nuestra ciudad? ¿O la nutre a nivel intelectual? “Decir que las prácticas artísticas urbanas son “contaminación” es referir a modelos tradicionales donde todo lo que no entre en esa etiqueta es calificado con desdén” comenta Sol Henaro, Lic. en Arte y egresada del 1er Programa de Estudios Curatoriales organizado por Teratoma A.C.: “la contaminación visual es el exceso de publicidad en la vida diaria (televisión, medios impresos, espectaculares) que intentan venderte supuesto bienestar a través del consumo (belleza, éxito, poder…) o también las desbordadas campañas electorales que lo único que generan es saturación y desperdicio”. Lejos de culpar a la represión, Sol cree que el interés por explorar espacios abiertos es el pulso que activa a estas expresiones de carácter alternativo”responden a un interés por explorar los espacios transitables, urbanos…a la posibilidad de “sembrar” imágenes y datos en un contexto social que no se restringa únicamente al museológico”.
Por ahora, nadie se ha quejado de las estampas como se ha llegado a quejar de los graffitis, pero honestamente ¿a dónde podría llegar la tolerancia del ciudadano promedio? Seguro una mosquita en el buzón del correo nos parecerá simpática, ¿pero cambiaría nuestra opinión si estuviera en nuestra puerta?
Omar Cerrillo, Doctor en Ciencias Sociales y Políticas de la UIA comentó lo siguiente sobre la percepción de la contaminación visual “cuando un graffiti trasciende la mera cuestión de signar un lugar para apropiarse de él y tiene la intención de formar una esteticismo en el lugar donde se coloca dicho gráfico y lo dota de nuevos alcances visuales, rompe con el sentido de contaminación con el que normalmente se asocia este tipo de expresión”.
Profundizando más sobre el tema, Omar concluye que el anonimato ayuda a que ese arte se extienda “el arte urbano, como parte de las expresiones del arte contemporáneo, tiene una definición ideológico-política muy difícil de asir. Si bien es cierto que mucho del graffiti, esténcil y otras expresiones asociadas con el arte urbano tienen una función política de denuncia, también es cierto que el anonimato ligado al uso común de pseudónimos difumina parte de lo que sociológicamente llamamos el campo de acción del arte”.
La aceptación de estas expresiones dentro de lo que la gente considera cotidiano, “normal”, recae en la diferencia entre lo estético y lo no estético, entro lo conceptual y lo que no es.
Breve recuento
La necesidad de marcar un espacio existe desde los inicios de la humanidad, encontramos los primeros intentos de grafiti en las cavernas Argentinas, conocidas como la Cueva de las Manos. En 7350 a. C. se cree se plasmaron 829 manos pintadas (en negativo), mismas que gracias a la mezcla de yeso dentro de su pintura se adhirieron a las paredes y permanecen intactas hasta el día de hoy. La herramienta que utilizaron para plasmar la mano, fue un hueso ahuecado de ñandú (ave no voladora) por el que soplaban la pintura.
El concepto de dejar una marca fue evolucionando y adaptándose al contexto social, fue así como estas expresiones fueron adentrándose a las ideologías políticas, satíricas y territoriales, con una amplia gama de simbolismos e iconos.
Acercándonos al tema del grafiti, las culturas de marginación de los años sesenta y setenta propició al uso de las pinturas en aerosol, que se desarrollaron en esa misma época, y fue así como en los ochentas se alcanzó el gran boom del grafiti.
El Arte urbano llega a México
Marcela Zapiain, Pedro Quintero y Benigno Casas, en su investigación Graffiti en México: arte marginal y trasgresor, mencionan cómo la producción publicitaria o contra publicidad enfocada a la crítica y reflexión ha evolucionado desde los tiempos de la conquista de México en manos de Hernán Cortés, así como las protestas estudiantiles que se suscitaron en Francia en 1968 a través de consignas y pintas. También los gángsters de los años 1950 en Nueva York delimitaban sus territorios a través de grafitis, comunicando así las intenciones y alertando al enemigo. Lo anterior influenció en gran medida a los movimientos contraculturales que se gestaron en Estadios Unidos en los años 1970 y años 1980, tomando camino hasta la frontera sur, específicamente en la ciudad de Tijuana de donde comenzó a exportarse a prácticamente todo el territorio mexicano.
Posterior a la década de los 1990 y con la llegada del internet, comenzó una nueva era para el arte urbano en todo el mundo. Por fin la cultura podría comprenderse desde una nueva óptica, es por ello que compartimos la entrevista que realizamos a Mr. Fly para conocer desde su perspectiva, la situación actual del arte urbano en nuestro país y la relación existente con los medios de comunicación tradicionales, el internet y la producción publicitaria nacional.
El no pensar de Mr. Fly: la entrevista
El movimiento se concentra creativamente en uno de los últimos recintos de los jardines del Museo de Arte Moderno. Se suben las escaleras y justo al lado de la exhibición de Diego Teo se encuentra un tianguis cultural, lugar donde se concentran diversos productores mostrando parte de sus trabajos; por allí se encuentra platicando la curadora Sol Henaro con el Sr. Mosca, esas calcomanías con la mosca ya han sido vistas en la ciudad. Excelente tema, habrá que hacer contacto con Mr. Fly; es una oportunidad para adentrarse y conocer más de la cultura del arte urbano.
En una inspección a su portafolio fotográfico virtual, se encuentra el sticker del “no pienses” en varias imágenes publicitarias, que se puede encontrar en una cabina telefónica, en el león del periódico La Prensa, en la fotografía de Einstein, o al lado del cadáver de un gato. Mr. Fly ha dado voz a símbolos y personajes, a través de los cuales la mosca da a entender que el pensar y actuar está en las expresiones fuera de los cánones socialmente aceptados.
Tal como él lo dice, es artista y diseñador por deformación, vago por convicción. Con un montón de expos, becas y 5 libros publicados, entre otras chunches. Como nos hace ver de una manera muy resumida, es la muestra de que su trabajo tiene un gran trasfondo intelectual e ideológico. Su trabajo está basado en la producción de calcomanías y esténcils con diseños que aluden a ciertos personajes de la vida cotidiana y no tan cotidiana de México. A su vez busca reconfigurar la publicidad tradicional a la cual por décadas hemos sido acostumbrados, a través de imágenes que parodian toda esa producción publicitaria enfocada en el consumo y no en la crítica y reflexión.
-¿Qué buscas proponer en tus trabajos?
-Muchas cosas, experimentar, divertirme, opinar, ser libre, suena presuntuoso, pero nada se iguala a la sensación de ser tu propio jefe. Trabajo muchas líneas, desde algo muy “insignificante e inofensivo” como un punto perdido en el espacio, temas biográficos, políticos, sociales y cosas que rayan el arte conceptual.
-¿Cómo relacionarías tu trabajo con el contexto histórico del México de finales del Siglo XX y Siglo XXI?
-El street art, es un arte relativamente nuevo, donde el internet, el pop, el grafiti, la gráfica de protesta, la búsqueda de un chance para hacerla, todo se junta. Aquí concurren influencias propias y de afuera, México es un híbrido también. El contexto, un México aún rico, pero saqueado, manoseado por externos y tristemente por lo políticos y la delincuencia, que casi es lo mismo. Un México que no ofrece muchas posibilidades de crecimiento personal, donde para los de “arriba”, es mejor que no estemos educados, que sepamos obedecer, ese es el contexto. El arte popular, ese está ahí, se puede tocar y escuchar.
- Generalizando... ¿normalmente qué signos se encuentran en estas obras?
-Tipos: Fotográficos, tipográficos, dibujados y mixtos.
Tipos de abstracción:
a) Baja: Ilustración muy detallada (realista o hiperrealista) y fotografía.
b) Media: Caricaturas, fotografías en alto contraste y dibujos.
c) Alta: Signos dudosos no reconocibles, no figurativos, ya sean geométricos u orgánicos.
Formas: Animales, vegetales, objetos y mixtos.
Temas: político, social, religioso, biográfico, promocional, divertimento y propagación de un tag.
-Muchos trabajos son originales, llevaron un proceso creativo quizá de años, un gran porcentaje son imágenes retomadas y modificadas.
-¿Responden a algún tipo de represión este tipo de actividades?
-Desde luego, el simple hecho de salir a la calle, a pegar lo que fuere, cualquier manifestación, es un indicio de que algo no está bien, de que hay un huequito por llenar.
-¿Qué opinión te merecen los medios masivos de comunicación existentes en México previo a la aparición del internet en México en 1994?
-Internet es una cosa que me da miedo. Hay de todo, pero no todo lo que está es cierto, hay tanta libertad, pero peligro también. Puedes obtener todo tipo de información. Algo que está jodido de los medios, es la censura, claro que la hay, un ejemplo claro es el oscurantismo cultural y la represión que estamos viviendo con FECAL.
-Partiendo de que el gobierno del Distrito Federal ha creado cada vez más espacios para la libre expresión de artistas urbanos, ¿qué opinión te merece esta iniciativa?
-La libre expresión se obtiene en la calle, normalmente de manera ilegal, lo cual no quiere decir que estemos fuera de la ley, estamos fuera de la ley que les conviene a ellos y a los que sirven. Todo lo que sea a favor de la gente está bien, aunque sea con materiales chafas. Esos espacios una vez que pase su bicentenario serán abandonados a su suerte. Lo que necesitamos son oportunidades y educación, no atole con el dedo.
-¿Qué opinión te merece la producción publicitaria actual en México?
-Desleal, corta y pega. Mucho fusil, pocas cosas creativas originales, es decir, hay cosas interesantes. Me caga que todo es para ayer, en los despachos publicitarios sólo hay gente detrás de una computadora, hacen falta lápices, mesas de trabajo, bocetos, etc. Lo que más me caga, es la falta de conciencia, no les importa qué vender, con tal de ganar una cuenta, no les importa qué invadir.
-Todas las calles, edificios y paredes del barrio de Malasaña en Madrid, España, por iniciativa gubernamental, se permitió que en todo el lugar se plasmaran diversas manifestaciones gráficas como grafiti, esténcils, calcomanías, etc. ¿qué opinión te merece?, ¿crees que en dicho lugar se haya perdido la razón de ser del artista urbano?
-No, creo que en otros lugares la gente ya está familiarizada con esas manifestaciones y lo ven, digamos normal, Argentina, Berlín, Barcelona por ejemplo. Acá, por pegar carteles en un puente gris, te sacan jodido 50 baros si te tuercen, y los que pegan publicidad, metros y metros, no es coherente, insisto, es cosa de educación.
-¿Consideras que los medios impresos conocidos como contrapublicidad (llamados también como calcas, esténcils, etc. en el argot cotidiano), forman parte de una subcultura?
-No sé, no uso esa palabra nunca, no la entiendo, aunque no todo lo que hay es contrapublicidad, no englobaría en ese concepto, todo lo que hay en la calle. Hay mucha publicidad de los mismos autores. Muchas cosas que a veces pegamos sin alguna intención específica. Eso es parte de una cultura muy arraigada, José Guadalupe Posada lo hacía, en los tiempos de la revolución Mexicana.
-¿Cuál crees que sea la ideología y el simbolismo que Mr. Fly busca plasmar en su obra?
-Ser feliz haciendo lo que uno hace, siempre. Cambiar, moverse, buscarle, no me laten las formulas para tener éxito y repetirlas. En pocas palabras y como decía Bruce Lee, “tener un estilo sin estilo”
El repensar del arte
La esencia del artista urbano radica en el anonimato, su ideología está permeada en la ciudad, residencia de su inspiración, misma que necesita darse a conocer; el artista está cerca de su gente, y la gente cerca de sus ideas, omitiendo cómo viste, cómo habla y cómo actúa. Los filtros se disipan y su público se encuentra expuesto y la sátira ácida de las condiciones en las que viven.
Más allá de ser papel o aerosol, estas obras representan la manifestación de inconformidad a la hegemonía cultural que se tiene sobre el campo de la publicidad –y por qué no en todos los demás ámbitos sociales-; pues una manera distinta de expresar.
A pesar de que pareciera ser ignorado, son manifestaciones que nos retan intelectualmente, provocando hasta en ciertos momentos sensaciones de ignorancia frente a las expresiones gráficas que se han abordado. Decidir si es arte o no arte, bueno o malo, es cuestión del punto de vista de cara persona y qué tanto se ha acercado a manifestaciones creativas. El Street Art seguirá creando sus propios códigos y sistemas de pensamiento, desafiando así a cada momento a las ideologías dominantes.
Ve más de Mr. Fly en:
www.mrfly.org