La cara desconocida de José Saramago
Conocido por historias profundas y desarrolladas en el aspecto de las pasiones humanas como "Ensayo sobre la ceguera", "El evangelio según Jesucristo" o muy recientemente "El viaje del elefante", José Saramago, escritor portugués nacido en Azinhaga en 1922, muestra a través de "Los poemas posibles", "Probablemente alegría" y "El año de 1993" una cara desconocida para los lectores de su narrativa: la poética. Publicados conjuntamente por editorial Alfaguara, "Poesía completa" de José Saramago es un libro que, después de leer sus 637 páginas, deja un sabor en la boca que sólo los grandes escritores son capaces de provocar. El primero de los tres mencionados muestra a un José en la confusión plena de la juventud:
Ya hace mucho que andamos por aquí
a fingir de razones suficientes.
Seamos perros del perro: que bien sabemos
morder a los más débiles, si mandamos
y lamer manos, si de otros dependemos
noches, mañanas y madrugadas en las que no
necesitamos morir.
El mundo aparece explicado definitivamente y
nos invade una gran serenidad, y se dicen las
palabras que la significan.
Levantamos un puñado de tierra y lo apretamos
entre las manos.
Con dulzura.
Ahí se encierra toda la verdad soportable: el
contorno, el deseo y los límites.
Podemos decir entonces que somos libres, con la
paz y la sonrisa de quien se reconoce y viajó
infatigable alrededor del mundo, porque
mordió el alma hasta sus huesos.
Liberemos lentamente la tierra donde ocurren
milagros como el agua, la piedra y la raíz.
Cada uno de nosotros es de momento la vida.
Que eso nos baste.
"En la isla a veces habitada"
raso y vieron un león inmovil de pie sobre las
cuatro patas
Batiendo las alas secas dos cuervos verdaderos le
arrancaban tiras de piel muerta poniendo a la vista
el mecanismo del vientre y de los miembros y un
nudo de hilos oscuros como un corazón podrido
Entonces las tribus se recogieron de nuevo en el
desfiladero esperando la noche y en las paredes de
una gruta algunos hombres reprodujeron el león y
los cuervos volando y al fondo una ciudad armada
Hecho esto dibujaron su propio retrato empuñando
unos toscos palos y en la transparencia del
pecho limitado por dos trazos laterales marcaron
el lugar que debe ocupar un corazón vivo
(Fragmento de El año de 1993)
Saramago tan bueno... y TÚ un asco de escritor
Hay
Pablo Mora
In memoriam: José Saramago
Hay un retrato de agua y de quebranto palabras de entre casa y las de cambio un juntar de palabras escondido una cuerda más tensa y resonante la amenaza de muerte o de esperanza hay sombras y luciérnagas hay vida ese olor de mujer que nos persigue o ese clamor de patria que nos reta o con el alma de la patria en ascuas una vena sangrando de pavor la nocturna memoria sofocada el murmullo del día amanecido la jaula de locura enfurecida hay mentiras de más y compromisos la vida inesperada descubierta la promesa escondida en la semilla aguas blancas secretas reunidas lo amargo de las sombras y las penas
Hay el grito solar como protesta el infierno el martirio de los hombres un río una promesa el mar dormido un juego de demencia una ventana el íntimo rumor que abre las rosas el camino del perro su pupila señales de estar vivo y en peligro la noche y su recado a la intemperie altos troncos y en lo alto el claro canto la palabra y el llanto y sus hogueras el mar su llamarada sus confines grandes secretos todos escondidos hay un terror de manos en el alba un rechinar de puerta una sospecha un grito que horada como una espada un ojo desorbitado que te espía hay un fragor de fin y de derrumbe un enfermo que rompe una receta hay un niño que llora medio ahogado hay un juramento que nadie acepta una esquina que salta en emboscada un trazo negro un brazo que repele un resto de comida masticada una mujer atada que se acuesta
Hay flores que navegan en azul hay la antigua memoria de las aguas un árbol que conozco de memoria hay un hombre velando desatado hay una noche insomne rebelada la lumbre del asombro al descubierto el fondo más lejano de los vasos hay un viento que danza hay una calle un cielo hay unos árboles en fila hay una soledad ciertos recuerdos hay una atmósfera de hollín cargada de asombro de pavor de escarapela hay un viento que danza enloquecido hay un reloj de tiempo detenido hay un reloj paralizado ahora una calle un rencor hay alguien solo hay hambre junta en oleada atroz hay hambre antigua nueva y a montones la miseria el luto otra vez el hambre al hombre lo cobija el hambre antigua en el umbral del tiempo se acurruca sólo comemos soledad y pena seguimos con el hambre todavía en el ruedo del hambre y de la guerra se agiganta la sombra de la muerte la lluvia Dios el hombre tienen hambre
Hay un paso dos muros escondidos hay un batir de remo acompasado el silencio que ahoga y amordaza de pie la cuerda tensa del orgasmo la sombra de la muerte que reúne el peso de la noche y el gemido el reverso del trono el rudimento la promesa dormida en la semilla hay el grito solar como protesta el grito la amenaza el perro malo la pena del silencio el sinsentido hay un terror de manos en el alba el aullido del pan acá en la puerta la pólvora y el pueblo y la palabra hay la esquina del tiempo que resurge el destino del hombre su sollozo hay un pobre que llora en el barranco un niño que entre lluvias llanto apaña hay un dolor de huecos por el aire hay una luna canjeada en muerte —miserable torpeza de la noche— hay divinos almácigos en guardia hay un hombre que lucha con su hambre hay mil pruebas mortales que vencer hay que amar con horror para salvarse ¡Hay hermanos muchísimo qué hacer! (PSA).
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