Estudiante de Ciencias Políticas
Pontificia Universidad Católica del Peru
“Los hombres tienen cierta inclinación perversa y peligrosa a engañarse a si mismos.”
Francesco Petrarca
Según la Nueva enciclopedia Sopena, la palabra masoquismo es una parafilia, es decir, un trastorno sexual cuya etimología se explica como epónimo de Leopoldo de Sacher – Masoch, escritor austriaco del siglo XIX, que presentó en sus novelas personajes afectados de esta perversión. Se entiende el masoquismo como una perversión del deseo genésico (de la conducta sexual) que se caracteriza por el placer a través del dolor físico, la humillación, el sometimiento, la degradación o la vejación.
El masoquismo, no obstante, cuenta con variantes que dependen del grado de excitación sexual del masoquista frente al dolor. Existe un tipo en el cual, la excitación es producida por el hecho de sentirse totalmente indefenso ante la otra persona que es quien tiene el control de la situación. Por ejemplo, una de las más peligrosas prácticas masoquistas es la hipoxifilia, que consiste en impedir la respiración de la persona ya sea a través del semi estrangulamiento o del uso de objetos para obstruir las vías respiratorias.
Esta primera forma de masoquismo recibe el nombre de masoquismo erógeno. Este es el masoquismo primario u originario. En él, la excitación de la pulsión sexual surge como efecto colateral de los procesos internos delorganismo y se produce cuando se superan ciertos límites cuantitativos. Posiblemente es durante el proceso de aprendizaje, a través del cual se otorgan valoraciones a las acciones autodestructivas, relacionándolas con el placer. Asimismo, durante los procesos neurológicos se produciría una relación indirecta entre las pulsiones de vida y muerte, mencionadas como Eros y Thanatos por el psicoanálisis freudiano.
Según Erich Fromm, la agresividad forma parte de nuestra naturaleza humana. Sin embargo la agresividad tiene dos principales matices: el de la agresión benigna o defensiva y la agresión maligna o destructiva. El que predomine una u otra depende de una serie de factores, tales como factores biológicos, que a su vez pueden ser neurológicos, cromosómicos u hormonales. Asimismo, toma en cuenta factores psicológicos y, por último, factores sociales, tanto económicos como culturales y políticos. En el desarrollo del masoquismo, no obstante, podemos tener en cuenta la explicación neurológica y los factores psicológicos.
La explicación neurológica determina que al ser estimulados los centros inferiores del cerebro (que responden a la agresión) éstos pueden ser inhibidos por los centros cerebrales superiores (la corteza cerebral), sin embargo en muchas ocasiones no sólo no se inhibe la posible respuesta, sino que se provoca la estimulación con su capacidad de simbolizar y razonar. En este sentido, habría un déficit de los procesos de inhibición de la agresividad y en su represión, se tendería al deseo de ser el objeto de la agresión. En este punto, podemos asumir también que la relación entre un estímulo incondicionado (como la pulsión sexual) y un estímulo condicionado (como el dolor físico) en la teoría del condicionamiento clásico pueden explicar cómo se logra efectuar la relación entre el dolor y el placer con una respuesta condicionada de excitación o placer.
Se considera también masoquismo a la excitación ante la situación de degradación emocional y no necesariamente al sometimiento frente al dolor físico. Así, por ejemplo, podemos asumir como masoquismo al deseo de ser dominado y de obedecer sumisamente a otra persona que imparta órdenes que conduzcan a hechos denigrantes al masoquista en forma autoritaria y violenta. En términos del inconsciente, el masoquismo constituye uno de los destinosposibles de la libido sobre la cual nos habla Freud.
El masoquismo psíquico
Desde el punto de vista de Freud, las parafilias, pueden comprenderse a través del análisis del desarrollo del niño en su fase oral. Para Freud, el primer contacto con la realidad humana se efectúa por medio de la boca en una etapa en la cual aún el ser humano no tiene conciencia de la otredad. La fantasía de omnipotencia va colapsando conforme el bebé va madurando y eventualmente tres dificultades adicionales complican las expresiones de agresividad del niño: el castigo, la censura moral y la culpa. Existen pues, casos de niños que no son disuadidos en su educación por el castigo. Desde el punto de vista del condicionamiento operante, los castigos servirían como reforzadores de las actitudes moralmente inadecuadas. Para Edmund Bergler, no obstante, este tipo de niños se convierte en material para el masoquismo psíquico. Esta categoría se refiere a una “técnica vital” de personas que aman inconcientemente la humillación, la derrota y el desaire.
La explicación que le otorga Bergler a la actitud de este tipo de niños es a través de la necesidad de otorgarle nuevos valores a la culpabilidad y el castigo, relacionándolos con el placer y la satisfacción libidinosa. “el único placer que puede obtenerse de lo desagradable es hacer de ello un placer”. En adelante se presenta una “triada masoquista” a través de actitudes inconcientes como son reiterar el deseo de ser excluido por el objeto amado, provocar inconcientemente el rechazo y pensar que se está justificando a si mismo en la autodefensa frente a una situación dolorosa y, finalmente, tener piedad de si mismo y gozar del placer psíquico masoquista.
Bergler asume esta manifestación del masoquismo como un signo de la neurosis básica. El neurótico obsesivo, pues, reacciona con agresión inconsciente y se flagela con auto castigo inconsciente. Su actitud está relacionada con el deseo implícito de sentirse mal consigo mismo, de auto castigarse a nivel moral pero de desear transgredir lo establecido.
El masoquismo femenino
A principios del siglo XX, Helene Deuscht publica un libro sobre la sexualidad femenina, asumiendo que la salud mental y sexual de la mujer se encuentra estrechamente ligada a un carácter masoquista en sus relaciones sexuales. “En la relación sexual prevalecerá la concepción sádica del coito que conlleva una identificación con la madre, víctima masoquista del padre.” (la importancia del masoquismo en la vida mental de la mujer). Deuscht pues establece estas ideas sobre la base del “destino anatómico de la mujer”, determinado por factores biológicos y constitucionales.
Según Karen Horney, sin embargo, esta orientación está limitada a la diferencia sexual anatómica y deja de lado los factores culturales que hacen que una mujer acepte ciertos maltratos. Hoy en día, Eric Laurent determina que incluso el exceso de privación al que puede conducir el amor en las mujeres puede ser tomado como masoquismo femenino. En este punto, es preciso tomar en cuenta la perspectiva de Lacan frente a la privación; Éste la define como un efecto simbólico de la falta en lo real. El objeto faltante sería, pues, el falo simbólico en este caso. Según Lacan, el efecto que un hombre pueda tener sobre una mujer, sin llegar a ser masoquismo, puede entenderse como un “estrago”. “Sufrir por un hombre no es la expresión del masoquismo femenino, expresa más bien una estrategia frente a la falta, que sostiene la adoración de un amante castrado o un hombre muerto" (Lacan (J.), "Ideas directivas...", "op. cit.", p. 712.). Este es, sin duda una importante contribución del psicoanálisis a la situación de sumisión de la mujer que ha cambiado de matices o bien que ha ido desapareciendo en las últimas décadas.
La influencia de la cultura en esta parafilia se hace presente en la incidencia de casos masoquistas en aquellas culturas que suelen reprimir o exaltar las manifestaciones de agresividad, como son los anglosajones y los judíos de Europa oriental.
Freud, asimismo, asoció el deseo de experimentar el dolor con el de causarlo (sadismo). Aquel que lo infrinja a otros puede identificarse de un modo masoquista con el objeto pasivo. Desde este punto de vista, el goce del dolor sería un fin originariamente masoquista.
Finalmente, el masoquismo también ha llegado a adquirir un carácter social en la historia humana. Por ejemplo, en la perspectiva de la iglesia católica ortodoxa, especialmente en la época medieval, durante la cual el hombre, sobre la base de la idea de voluntad de superar el pecado humano, se autoflagelaba como un medio de purificación espiritual y redención ante Dios. Estas prácticas, no obstante, pueden encontrar sus bases en la influencia Griega y romana en cuanto a las ideas de Dios previas al catolicismo. Ya en la época del Imperio Romano, Plutarco determinaría en su ensayo “La lentitud de Dios en Castigar” que “Dios ocasionalmente ha impuesto a pueblos que necesitan sufrir y ser castigados” (Petrarca: 1998). A menudo estas ideas masoquistas habrían sido utilizadas como herramientas políticas para legitimar la opresión y la crueldad de los gobernantes, ante quienes, sin embargo, en algunos casos, la sociedad aún sigue disponiendo de herramientas para su “autoflagelación”.
0 Response to "¿Qué es el masoquismo?"