La mal llamada Ley de Memoria Histórica
Por Dagania Fraile
Memoria tenemos todos…. Unos guardamos acontecimientos buenos, otros no tan buenos, y otros con el paso del tiempo… la pierden… Y lamentablemente ese parece ser el caso de nuestros políticos que jocosamente optan por llamar a una ley comúnmente y para el mortal de los ciudadanos como “de memoria histórica”…
Como siempre, las intenciones son buenas, y a quienes beneficia… también. Pero los mecanismos y formas… dejan mucho que desear en su desarrollo y como toda ley hecha a prisa y sin miramientos deja defectos que esa memoria tan corta como la de los peces parece olvidar.
Esta ley es comúnmente conocida por los ciudadanos por dos motivos, uno: concede la nacionalidad española a los hijos de emigrados políticos y dos: ha permitido que se pueda recuperar la memoria de todos aquellos que fueron fusilados, desaparecidos y enterrados sin nombre ni localización por una guerra y una dictadura que partió el país en tres.
Es cierto que la ley de memoria histórica permite que nietos e hijos de ciudadanos españoles que tuvieron que emigrar desde el año 36 hasta el año 75 (eso que la ley llama exilio político) puedan recuperar la nacionalidad española, pero esta ley presenta múltiples inconvenientes y dudas.
Se publicó en el año 2007 y tiene una vigencia indefinida, lo que no tiene vigencia indefinida es la opción por la nacionalidad, que sólo se concede hasta 29 de diciembre de 2010, por lo que sólo queda un año para que aquellos que tuvieron un antecedente español y puedan acreditar que su antepasado huyó de España por motivos políticos en esos años de la guerra civil y la dictadura, puedan tratar de recuperar su doble nacionalidad.
En un principio los nietos de español emigrado parecían estar exentos de esta opción a la nacionalidad dado que la ley habla de hijo de español, sin embargo aquellos hijos de español nacido fuera de España también tienen derecho a acogerse a esta ley y a optar por la nacionalidad, dado que estos nietos, son hijos de español por derecho de sangre aunque estos padres hubieran perdido la nacionalidad por cualquier motivo en los años que siguieron a su nacimiento.
Parece que con esta ley ha pasado lo mismo que con otras muchas en nuestro país en materia de extranjería; ha acabado superando con creces las posibilidades burocráticas. Están todos los condimentos en la sartén: leyes con buena intención, ciudadanos se acogen a ellas, y luego… pasa como la mayoría de las veces que se tramita un asunto de extranjería…. Se quema la comida…. Uno tiene derecho, lo pide, lo sabe pedir y ….. espera… espera… y espera hasta que se lo conceden.
A veces en asuntos de extranjería en España uno tiene la sensación de estar jugando a la lotería cuando no tendría porqué ser así. Se presenta tus circunstancias, se aportan pruebas de esas circunstancias, y deberías tener el sello de aceptado en el plazo que marca la ley… máximo 3 meses.
La realidad no es esa… la realidad es que se tienen todos los requisitos en nuestro haber, se tienen las pruebas que lo acreditan (y que ha costado conseguirlas dios y ayuda), se consigue la cita para presentar la documentación, tratas de caerle bien al funcionario de turno al que le regalas una sonrisa esperando que los 100 que han pasado por delante de ti en esa mañana no le hayan mirado mal y te dan un sello de presentado. Después de eso… pasa el tiempo y con suerte y un buen funcionario tienes una respuesta positiva… normalmente.. pasados los 3 meses en que te deberían haber contestado.
Y la pregunta es… si hay una buena norma, derechos que reconocer, ciudadanos que quieren cumplir las leyes e intención de hacer bien las cosas… Porqué no se dota de presupuesto económico a las fuentes que sean precisas de modo que no haya que esperar tanto tiempo una respuesta? Tal vez una reorganización ministerial o una partida de funcionarios nuevos de plantilla fuera la respuesta para que un tercio de la población española (inmigrante a mucha honra) no tenga que estar esperando que se cumplan y vean reconocidos sus derechos a que la carpeta que presentó hace 4 meses sea desempolvada.
28 de julio de 2009
Dagania Fraile
Despacho Fraile y Asociados
Muy buen escrito, retrata la realidad de lo que ha sucedido,sin comentarios todo esta bien dicho, mi caso es increible, mi abuela entro a Cuba en 1953,pero antes se habia casado con un cubano tuvo a mi madre alla, y resulta que no era de origen por haberse casado con un extranjero, a pesar que estuvo cuando niña en un campo de concentracion en francia, y las causas por las que vino incluso ella primero, fue la situacion que se vivia en España,pero ya ven soy uno de los tantos que le han denegado su derecho.
saludos
Manuel alberto Perez Salabarria.
Hola,
Soy nieto de español emigrado en Francia y opto a la nacionalidad espanola el ano pasado. Sin embargo mi abuelo y mi padre han perdido la nacionalidad espanola desde hace 40 anos.
Arriba españa....y muchas gracias al gobierno español para la ley de memoria historica.