Por Juan Carlos Garcia Zavaleta

A lo largo de la historia se han dado lugar una gran serie de acontecimientos en los cuales hemos de destacar la importancia de aquellos movimientos en los cuales, un grupo colectivo se mueve por diferentes factores motivacionales circunstanciales y básicamente por una ideología, que poco a poco se ha ido construyendo debido a la inseparable cohesión que existe entre el hombre y su entorno social. Debido a las ideologías hemos de decir que el hombre sigue y trata de conseguir nuevas metas por las cuales tratar de obtener un bien común. Así que, para Gramsci, la ideología se ha de entender como una concepción del mundo que se va conformando en el desarrollo de la historia y que resume la acción colectiva pasada, la cual ha dado lugar a nuestro modo actual de pensar. Es por ello que si planeamos elucidar el origen de un movimiento social será necesario el hecho de contemplar la historia, puesto que esta nos estará dando la pautas y criterios necesarios con los cuales estaremos esclareciendo el por qué, de cada uno de aquellas situaciones en las que la ideologías pasan de ser simples conjeturas a hechos como tal.

El estudio de movimientos sociales no es una simple y burda expresión literal de una acción social. Hemos de considerar en sí, el contexto social en el cual se gesta una lucha entre ideologías. Básicamente las luchas por el poder y su encadenamiento a la apropiación de bienes materiales, donde la economía es el principal premio, son el factor por el cual se comienza a dar una serie de desacuerdos entre el sector de clase alta y el sector de clase baja. Es básicamente por lo que hacemos mención del ínter juego que se maneja en la estratificación.

La estratificación social supone la división del grupo en dos, por una parte esta la clase baja y por otro la clase alta; esta división, desde la perspectiva funcionalista de la estratificación social, es necesaria para que ambas partes encuentren un sentido de complementariedad en los fines que persiguen, luchando por la movilidad social que les permita acceder a otro nivel de vida, donde sus necesidades sean diferentes a las que tenia en un principio. En un principio solían distinguirse tres niveles y sus correspondientes subdivisiones, sin embargo para los fines de este trabajo solo tomaremos en cuenta a partir de ahora dos sub-grupos el aristócrata y el demócrata; las cuales provienen de dos fuentes intelectuales importantes, la primera ante los cambios revolucionarios de la sociedad europea y la segunda del surgimiento del totalitarismo, sobre todo en Rusia y Alemania, siglo XIX y XX.

He mencionado estas dos clases, puesto que es donde indudablemente existirá una lucha creciente y en la que a través de la historia siempre se ha estado dando una lucha incansable por la superación de la clase baja y la autonomía y supremacía de la clase alta sobretodo para mantenerse en el nivel que se encuentra y no ceder ante los embates de la case dominada, aquel capital que se ha conseguido.

Pero en esta lucha no se encuentran igualmente dotados de las propiedades valiosas para el triunfo, puesto que el capital siempre estará inclinado hacia un lado. “El capital hace que los juegos de intercambio de la vida social, en especial de la vida económica, no discutirán como simples juegos de azar en los que en todo momento es posible la sorpresa(…) el capital es una fuerza inscrita en la objetividad de las cosas que determina que no todo sea igualmente posible e imposible. La estructura de distribución de los diferentes tipos y subtipos de capital, dada en un momento determinado del tiempo, corresponde a la estructura inmanente del mundo social, esto es, a la totalidad de fuerzas que le son inherentes, y mediante las cuales se determina el funcionamiento duradero de la realidad social y se deciden las oportunidades de éxito en las practicas”. Es así que por tal y de acuerdo con la definición anterior, podemos decir que cuando tenemos conocimiento de una lucha no solamente no estamos refiriendo al factor económico puesto que también podemos estar haciendo alusión al los diferentes capitales tales como el capital cultural, capital social y el capital económico, antes mencionado. A su vez estos capitales estarán jugando un papel fundamental de acuerdo con el espacio en el que se esta desarrollando.

“Las especies de capital, como una buena carta en juego, son poderes que definen las probabilidades de obtener un beneficio en un campo determinado (de hecho, a cada campo o subcampo le corresponde una especie particular de capital, vigente como poder y como lo que está en juego en ese campo). Por ejemplo, el volumen del capital cultural (lo mismo valdría mutatis mutandis para el capital económico) determina las posibilidades asociadas de beneficio en todos los juegos en que el capital cultural es eficiente, contribuyendo de esta manera a determinar la posición en el espacio social (en la medida en que ésta es determinada por el éxito en el campo cultural). Con base a lo antes mencionado podemos argumentar y deducir el pleno dominio en el cual la aristocracia controla ampliamente en estos tres tipos de capitales, además de diseñar la estructura en la cual se ven siempre como los dominadores aunado al hecho de que están implementados para mantener el statu quo, con el fin de seguir teniendo el control.

Sin embargo por otra parte se encuentra la parte dominada, la clase baja, la cual al verse dominada comienza a revelarse, sin embargo el capital cultural, económico y social son inferiores para poder hace frente a la clase alta dominante. Y es por ende que se dice que los movimientos sociales surgen donde las voluntades colectivas sobre el orden social (la interacción entre los distintos proyectos de sociedad) no tienden a la inclusión y representación de todos los individuos y colectividades que conforman una sociedad en un espacio y tiempo determinados.

Donde la identidad con la problemática por la cual se desencadena el movimiento social, es el eje fundamental para que el grupo se mantenga cohesionado y dispuesto a llegar a conseguir lo que se desea. La identidad colectiva se constituye como el círculo de reconocimiento donde se inscriben los órdenes de preferencias actuales (los valores y prioridades de las que se deduce el interés) y que permite el desarrollo de expectativas.

Definimos por tanto el movimiento social como un proceso de reconstitución de una identidad colectiva, fuera del ámbito de la política institucional, que dota de sentido (certidumbre) a la acción individual y colectiva en la articulación de un proyecto de orden social.